¿Y si corazón no fuera más que el aumentativo de la palabra coraza?
Micropoemas, Ajo (2004)
Ajo es cantante, poeta y experta en formar parte de los saraos públicos importantes, sobre todo en Madrid, donde reside. Ha publicado dos libros de micropoesía: Micropoemas y Micropoemas II y en su web se puede encontrar el programa de sus actuaciones.
La "micropoetisa" -tal como se define ella- se hizo muy conocida gracias a un contrato publicitario que la unió con el dibujante Jean Duprez. En este proyecto de Cocoe para el canal de televisión La Sexta, aparecían poemas leídos por la propia Ajo, musicados por Mastretta y ilustrados por Duprez ¹. Algunas de las cortinillas publicitarias se pueden visualizar a través de los siguientes enlaces:
Dice José Antonio Marina en Las arquitecturas del deseo, que el tiempo actual se caracteriza por un ansia de felicidad inmediata. Según el autor, la satisfacemos de forma rápida mediante la adquisición de objetos porque no tenemos tiempo para más (Marina, 2007). Quizás por eso, la micropoesía ha encontrado su momento de auge en la última década. Porque en un escenario marcado por las prisas y la materialidad, ofrece una pastillita de sentimiento. Y es que, pese a su efecto inmediato y su corta duración, la micropoesía no es para nada superflua.
Se dice que las redes sociales han propiciado también su apogeo, especialmente debido a la limitación de 140 caracteres de las actualizaciones de Twitter. ² Pero la micropoesía no es algo nuevo. Los haikus son poemas breves –de tres versos- tradicionales en Japón. ³ A menudo, los haikus expresan la admiración del autor por la naturaleza. En el siguiente haiku, cuyo autor es Takai Kito⁴, se quiere transmitir la aleatoriedad de los fenómenos naturales que, de forma incontrolada, mantienen el equilibrio de un entorno.
El ruiseñor
unos días no viene;
otros, dos veces.
unos días no viene;
otros, dos veces.
No debemos pensar que hay un vacío histórico entre los haikus y el trabajo de Ajo. Los micropoemas siempre han existido. Otro buen ejemplo se puede encontrar en algunos libros de Eduardo Mazo. Se ajustan especialmente a la estructura micropoética Autorizado a vivir (1981) y Prohibido morir (1984). El siguiente micropoema se encuentra en el primero:
Tengo un tic:
tú.
En este micropoema, Eduardo Mazo hace un ejercicio de ingenio demostrando que es capaz de conformar una figura retórica con 4 palabras. Juega con la eufonía, se trata de una aliteración con el fonema /t/ que hace que la lectura de los versos suene como un tic en sí misma.
Café con hielo.
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