
Esta campaña fue lanzada en 1984, en motivo de la presentación del nuevo ordenador personal de Apple, el Macintonsh 128K. El spot fue lanzado en la final de la Super Bowl de aquél año, uno de los eventos que reúne grandes audiencias frente al televisor y que obliga a los mejores anunciantes a pagar millonadas por aparecer en una de sus pausas publicitarias, por no hablar del esfuerzo que hacen las compañías y agencias por mostrar un alarde de creatividad y originalidad, que, pese a no cumplir con los objetivos de comunicación, ayuda a las grandes corporaciones a construir su marca.
El spot nos presenta una realidad distópica en que los individuos se ven arrastrados en masa, como ovejas, hacia algún lugar que todavía desconocemos. La apariencia de los sujetos es muy parecida, casi clónica y se ven embargados por una atmósfera gris en que sólo unos flashes de una corredora anónima nos deleitan con una explosión de colores rojos y un dinamismo que nos saca del cuadro que nos han presentado anteriormente.
El grupo llega a una sala de visionado, en que una gran pantalla nos muestra el rostro de la imposición y el aburrimiento, mientras el espectador acude a un discurso sobre el único pensamiento y la destrucción del individuo por parte del Gran Hermano creado por Apple.
Los individuos se aposentan en sus butacas dispuestos a escuchar con atención las directrices del Gran Hermano, que han escuchado muchísimas más veces y que ya llueven sobre mojado. De repente, la heroína anónima rompe la atmósfera de la sala con una explosión roja y, corriendo, arroja hacia la gran pantalla un martillo que destroza, al momento, tanto la pantalla como el estado hipnótico de todos los presentes, mientras una voz en off nos relata que el 24 de Enero de ese mismo año Apple conseguirá romper con lo establecido y romper la predicción orwelliana de 1984.
Este spot mantuvo a América dos días a la expectativa de qué tenía de especial ese Macintosh como para romper con todo lo anteriormente visto, la respuesta era: una interfaz gráfica increíblemente sencilla y un ratón.
La metáfora, una de las figuras retóricas mas usadas en publicidad, es inevitable. El Gran Hermano, Bill Gates, ha construido una sociedad en que todos usan Windows, un sistema operativo aburrido que en esa época utilizaba el código MS-DOS y que era usado, mayormente, por empresas y programadores. La masa que se dirige a escuchar al Gran Gates somos nosotros, los influenciables y grises usuarios de Windows que estamos dispuestos a tragarnos cualquier bulo que nuestro gurú de la informática nos grite. De repente, aparece Apple con su Macintosh en forma de martillo, dispuesto a acabar con el aburrimiento y los engaños de los ordenadores de Windows.
Tras esta campaña, el Macintosh 128K fue un rotundo éxito. Supo mantener un buen Cliff Hanger en el público y supo crear una serie de fanáticos que se ha ido manteniendo a día de hoy, por no hablar de lo increíblemente beneficiada que salió la imagen de marca de Apple de esta campaña, que todavía hoy recordamos como una de las mejores de la historia.
Sin embargo, yo todavía me planteo: ¿Es una propuesta realmente creativa? Apple utilizó una serie de elementos que ya existían, conocidos por la mayoría de la población, como El Gran Hermano, su régimen, el paradigma de la destrucción del individuo,... Además, mezcló todos esos elementos con un chorro de fobia al comunismo y lo mezcló en la coctelera del fervor americano propio de la Super Bowl. El resultado fue un éxito pasmoso, dado el contexto, el público y el producto que se anunciaban.
Sin embargo, yo todavía me planteo: ¿Es una propuesta realmente creativa? Apple utilizó una serie de elementos que ya existían, conocidos por la mayoría de la población, como El Gran Hermano, su régimen, el paradigma de la destrucción del individuo,... Además, mezcló todos esos elementos con un chorro de fobia al comunismo y lo mezcló en la coctelera del fervor americano propio de la Super Bowl. El resultado fue un éxito pasmoso, dado el contexto, el público y el producto que se anunciaban.
Pese a todo, pienso en el trabajo que realizó el equipo que ideó el spot. El briefing contenía que el Macintosh sería algo absolutamente novedoso en el mercado y con una USP muy clara, que ya por si sola arrasaría y el producto se vendería prácticamente solo en un mercado dominado por las pantallas negras y la programación interminable.
Todas las personas que hemos tenido la suerte de tener 1984 como un referente en nuestra vida y nuestra forma de actuar, en cuanto se nos propone que "Algo acabará con todo lo que conocemos" pensamos en esta novela. El hecho de abusar de los referentes, según mi punto de vista, constituye un peligro a la originalidad del spot, puesto que no está clara la frontera del plagio.
A parte de todas estas reflexiones personales, cabe decir que la campaña fue un éxito, no sólo en la época. Hoy en día todavía seguimos reflexionando sobre éste, y, además, se ha convertido en uno de los spots más virales y parodiados de la historia, seguramente sin haberlo pretendido:
Todas las personas que hemos tenido la suerte de tener 1984 como un referente en nuestra vida y nuestra forma de actuar, en cuanto se nos propone que "Algo acabará con todo lo que conocemos" pensamos en esta novela. El hecho de abusar de los referentes, según mi punto de vista, constituye un peligro a la originalidad del spot, puesto que no está clara la frontera del plagio.
A parte de todas estas reflexiones personales, cabe decir que la campaña fue un éxito, no sólo en la época. Hoy en día todavía seguimos reflexionando sobre éste, y, además, se ha convertido en uno de los spots más virales y parodiados de la historia, seguramente sin haberlo pretendido:
Han pasado los años, en 2012 cualquiera que se precie tiene un artículo Apple: un ordenador, un iPod, un iPhone, etc. Apple ha constituido la compañía hegemónica en innovación tencológica "prete-a-porter". La revolución de 1984 hizo que Steve Jobs derrocara al Gran Hermano. Ahora él es el Gran Hermano. El Partido es Apple. En ciertos ámbitos, personas que no utilizen los Macs o iPhones de Apple son miradas con desdén, algo infravaloradas. La imagen de marca está por las nubes y Steve Jobs sigue siendo, pese a su muerte, el gurú del nuevo siglo.
Nuevas marcas han llegado para derrocar al Gran Hermano, Android (de Google), por ejemplo, es la abanderada de la nueva revolución, que una vez más volverá a presentarnos un nuevo mundo, libre de dominaciones e igual para todos, también lo hace Motorola, más explícitamente:
Sin ánimo de extenderme más, cierro esta entrada con una cita indispensable:
«No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura.»
George Orwell, 1984
Espresso Panna
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