domingo, 20 de mayo de 2012

Naming, comentario de la sesión

Esta semana, en el seminario de Técnicas de Redacción, hemos tratado el tema del naming, algo esencial en el mundo de las marcas. El nombre de una marca es la primera piedra que constituye su identidad. Hoy en día, que una marca sea capaz de distinguirse de su competencia es necesario para sobrevivir en un mercado cada vez más saturado. Diferenciarse mediante una personalidad fuerte y distinta a la de tus rivales es un punto a favor que hará indestructible a la marca. De ahí al recién auge que ha experimentado la rama del branding, ya que las marcas se han dado cuenta que construir una personalidad potente es realmente necesario.  


Como decíamos, la base de una buena personalidad empieza en el nombre con el que se designará la marca. Este nombre puede generarse mediante diferentes mecanismos que vimos en clase. A grandes rasgos observamos que hay dos tipos de nombres: los inventados y los relacionados, que guardan alguna relación con los orígenes de la empresa o del producto/servicio.
El nombre en sí debe transmitir algo distintivo de la personalidad de la marca. Partiendo de esta premisa se nos propuso un ejercicio para dar con un nombre para unas botas de montaña creadas por una empresa menorquina. Más allá del ejercicio en sí, me resultó muy práctico y útil el método planteado por el profesor para poder llegar a un resultado que funcione. En primer lugar, debemos determinar los campos semánticos sobre los que queremos trabajar, reunir un buen surtido de herramientas que nos ayuden a nivel lingüístico y, seguidamente, declinar cada uno de los campos para empezar a obtener ideas. 
Ante todo, me pareció un método muy interesante ya que a pesar de ser un proceso organizado y con ciertos pasos a seguir, guarda algunos rasgos del brainstorming, más creativo y libre. Lo que al principio parecía una tarea imposible de realizar, se fue transformando en un agradable proceso de creación, donde las ideas fluían de forma fácil. Un elemento que creo que facilitó el trabajo fue tener en cuenta la premisa de que en una lluvia de ideas no todas tienen que ser perfectamente válidas. Es importante ser capaz de reunir todos aquellos conceptos que se relacionen con lo que buscamos, sin necesidad de juzgarlos previamente. El proceso de selección llegará más adelante. De esta manera logramos, de forma más o menos satisfactoria, llegar a un resultado que cumpliera con el briefing que se nos entregó.
Para completar esta entrada, os adjunto un link a un texto de Joan Costa sobre esta temática titulado "Naming. Lo que no tiene nombre no existe":


Capuchino

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