sábado, 19 de mayo de 2012

Piedras

En la entrada de hoy comentaremos un fragmento de la película Piedras (2002) de Ramón Salazar.


Tráiler en: http://www.youtube.com/watch?v=OCZU6XQ7u7I



 “Lisboa es rara,  Javier. Es una ciudad en la que tengo recuerdos de cosas que no he vivido, pero eso me hace ir despacito. Más tranquila, con dos dedos, torpe pero acertando las letras que quiero dar. Estoy tranquila, por fin. Al menos ya no siento que me muero por dentro, eso es bueno, ¿no?  Tengo ganas, pequeñas, pero ganas de empezar otra vez. Y olvidarme de que esta y cualquier ciudad a veces está tan triste como yo. Y notar que estoy cambiando, aunque sólo sea un poco. Bueno, si es mucho mejor. ¿Has visto que egoístas nos volvemos cuando estamos solos? ¿Tú crees que nos enamoramos sólo para no estar solos?

(…)

Espero que lo que tienes ahora sea lo que siempre soñaste tener. ¿Dónde irán los sueños cuando no los conseguimos? Porque a algún sitio tienen que ir… Aunque creo que al final los sueños no son más que una excusa. Pero una excusa muy gorda. Son las excusas para vivir. Por eso a veces también se convierten en la mirada nostálgica de lo que nunca fuimos. Que putada… Asumir que nunca serás lo que siempre deseaste. Ni esperarlo siquiera, joder. Deseo, deseo, deseo… Quiero con todas mis fuerzas ser feliz. Y con eso hacer también un poquito feliz a los que me rodean. Eso es lo que siempre quise. Qué bien, qué bien Lisboa…”


Este fragmento es el monologo que cierra el film en el que una de las protagonistas escribe una carta a su mejor amigo después de trasladarse a Lisboa. Leire, es una joven que trabaja de día en una zapatería y de noche como gogó en una discoteca, aunque su verdadero sueño es diseñar zapatos. Tras la dura separación con el que consideraba el hombre de su vida, quedará destrozada e incapaz de olvidar el recuerdo de ese amor dependiente y destructivo que con el tiempo se había ido deteriorando. 

Sumida en la pena de la ruptura, se da cuenta de que le gustaría reconciliarse con su padre, con el que se había peleado y hacía cinco años que no veía, pero cuando finalmente da el paso este ha fallecido. En ese momento y viendo que debe de hacer algo con su vida, decidirá marcharse a Lisboa y, junto a su madrastra, lanzar al río las cenizas de su padre.

Pero es cuando llega el momento de volver a Madrid que se da cuenta que no quiere hacerlo, que esta ciudad es la excusa perfecta para empezar de cero y recuperar la paz interior. Y esto es lo que les escribirá en la carta a su amigo Javier, contándole que Lisboa le ha dado la oportunidad de encontrarse a si misma, acabar con el sufrimiento y tener ganas de volver a ser feliz. Hablará también, sobre el amor y cómo cambiamos cuando nos enamoramos, el miedo a la soledad y la importancia de los sueños como motor que son de nuestra vida.

Si os apetece ver el fragmento en su contexto, aquí os dejo el vídeo:



Y por todo esto, os recomiendo que saquéis un rato para ver Piedras, porque con ella no solo os sumergiereis en la historia de mujeres que superan adversidades, sino que os confirmareis en creer en las segundas oportunidades.

Café Mocca

No hay comentarios:

Publicar un comentario